09/03/2025
Primera parte
Abelardo Ahumada








El domingo 10 de marzo de 2012 me levanté a las 5 de la madrugada con la intención de alcanzar en Comala, a la avanzada de un gran grupo de peregrinos que la noche anterior salió de ahí mismo, con la intención de realizar su viaje anual hasta el Santuario de la Virgen de Talpa. Un grupo que, según me lo refirió mi amigo camarógrafo Francisco Guzmán Vázquez , alias “El Panchis”, había iniciado, originalmente, su paisano, el señor Francisco Peña treinta años atrás. Y que, en esa ocasión, ya dirigido por “El Panchis”, marcharía conmemorando esas tres décadas de existencia.
Los peregrinos partieron como a las 11 de la noche del sábado 9, desde un templo que está ubicado a la salida de Comala, rumbo a El Remate, donde descansaron algunas horas. Pero, después de allí, y luego de atravesar las barrancas del Río de la Lumbre, y Los Ganchos, los más rápidos empezaron a transitar por la carretera hacia Zapotitlán, Jalisco, como a las 7:15 a. m., para llegar hasta el antiguo “Paso de Alseseca” (cruce sobre el Río Grande o Armería), a eso de las 8. Donde el eficaz equipo de la avanzada ya los estaba esperando con café y canela calientes, con pan dulce y un sabrosísimo caldo de pollo, que muy temprano habían comenzado a preparar.
Yo los acompañaría únicamente un día y una noche, para poder realizar una reseña de su travesía (que se publicó el día 18 del mes señalado, en el Diario de Colima), y todavía me complace decir que los acompañé desde Alseseca hasta Paso Real durante casi 10 horas, donde dormimos, y hasta Tuxcacuesco, al día siguiente, después de haber caminado otras 3 más.
Las primeras fotos que anexo dan muestra y prueba de aquel cansado pero maravilloso viaje, pero debo agregar que llevaba un segundo propósito: el de constatar, con mis propios ojos, el hecho de que esa vereda ancestral no es otra más que la que describieron, como ya muy antigua, algunos frailes franciscanos y algunos indígenas del siglo XVI. Por lo que era obvio que, tal cual me lo comentó el padre Florentino Vázquez Lara, gran historiador colimote, ése es un camino prehispánico.







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Ayer, sábado 8 de marzo, deseando revivir en parte esa maravillosa experiencia (y deseando ver qué tanto se ha recuperado mi pierna derecha de la fractura múltiple de tibia y peroné que padecí hace tres años y medio), convencí a seis amigos, para que acompañáramos al mencionado grupo de peregrinos, todavía encabezado por “El Panchis”, al menos desde el ya mencionado “Paso de Alseseca”, hasta un punto muy difícil del camino, que no por menos fue bautizado como “El Espinazo del Diablo”, ubicado a dos horas de buen andar.
Madrugamos también, aunque no tanto como la vez anterior, porque como el grueso del grupo pernoctó en el antiguo pueblo de Mazatán (“Lugar de Venados”), empezarían a caminar ya con la luz del día, y comenzarían a llegar al Paso hacia las 8:15 de la mañana.
Nosotros llegamos a las 8:30, y para pronto nos obsequiaron una buena taza de café o canela, según el gusto de cada quien, y un sabroso bolillo con frijoles fritos. Con los que matamos el hambre y agarramos fuerzas.
“El Panchis” nos dio la bienvenida, nos presentó con quienes estaban más cerca, y me tocó saludar y cruzar algunas palabras con Donaldo Zúñiga, ex presidente municipal de Comala, que ya con éste tiene 28 años realizando esa larguísima caminata de 285 kilómetros.
Los acompañamos, muy a nuestro paso, hasta la parte más alta que dicha vereda tiene ya sobre el pequeño cerro que en realidad es el “Espinazo del Diablo”. Platicamos en algunos tramos del trayecto con varios de los peregrinos. Nos encontramos entre ellos a dos anglos estadounidenses, procedentes de Las Vegas, Nevada, y a tres comaltecos que vinieron desde Hood River, Oregon, ya muy cerca de la frontera con Canadá. Por lo que dedujimos que el grupo en cuestión ya es internacional.
Después de tomarnos algunas fotos con ellos, nos tocó decirles adiós y desearles que les toque todo lo mejor en esa larga travesía, iniciando nuestro propio regreso como media hora después, yendo a descansar un rato, primero a la orilla del río; luego a uno de los bonitos portales de San José de Carmen, para terminar comiendo en una fonda caminera de Cofradía, Colima, cansados pero muy contentos de haber podido disfrutar de esos hermosos paisajes.
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POST DATA. – Las fotografías que ilustran esta primera parte fueron tomadas en la travesía de los días 10 y 11 de marzo de 2012. Yo las puse en orden, pero tal vez el sistema de acomodo de fotos del Facebook las coloque indistintamente.
