¿COOPERATIVAS ESCOLARES O TIENDAS ESCOLARES?

El pasado 29 de marzo de 2025, el Congreso de la Unión aprobó el decreto presidencial que prohíbe la venta de alimentos chatarra en todas las escuelas del país, públicas y privadas, como parte del Programa “Vida Saludable” que pretende crear consciencia en nuestra infancia y adolescencia, sobre la importancia de alimentarse correctamente y evitar daños a la salud como diabetes, obesidad y todas las enfermedades que se relacionan con ellas.

Esta medida desde luego que es aplaudible para el gobierno federal, porque refleja una preocupación genuina, sobre la salud de la ciudadanía, pero si ya se avanzó en este rubro, sería también muy conveniente que los establecimientos escolares en los que se venden alimentos, regresaran al esquema de Cooperativas Escolares (Reglamento de Cooperativas Escolares. Secretaría de Educación Pública, México, D.F., 5 de abril de 1882), ya que este esquema refuerza los valores humanistas que impulsa la Cuarta Transformación (4T) y en particular El Modelo Educativo de la Nueva Escuela Mexicana.

Los establecimientos que actualmente proporcionan la venta de alimentos en las escuelas, no tienen nada que ver con una cooperativa de consumo, se rigen por el principio capitalista de inversión en un negocio como cualquier otro: la persona que aporta el capital para surtir los productos de venta, es la que decide qué comprar, a qué precio vender, pagar la renta establecida por la escuela, recoger las ganancias y reinvertir bajo la ley de la oferta y la demanda y huelga decir que de esa operación comercial, los estudiantes no obtienen ningún aprendizaje, en cambio con el esquema de Cooperativa Escolar, tanto los estudiantes como los profesores y el personal directivo de las escuelas, participan en las decisiones de qué vender y a qué precio, y las ganancias de dichas operaciones comerciales, se reparten entre todos los socios al final del ciclo escolar. En este proceso los estudiantes aprenden a participar democráticamente en una organización social, ejercitan las matemáticas, aprenden sobre el contenido nutricional de lo que consumen y al final del período escolar, reciben la parte proporcional de las ganancias de la cooperativa, es decir con este esquema de consumo, ponen en práctica el principio pedagógico de la Educación por Cooperación.

Ojalá que la Secretaría de Educación Pública recupere la aplicación de las Cooperativas Escolares en sustitución de las Tiendas Escolares, para continuar avanzando en los principios éticos y filosóficos de la Cuarta Transformación: la transformación de las CONCIENCIAS.

Sergio Francisco Chapela Preciado

Doctor en Filosofía con especialidad en Educación

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