Sergio Francisco Chapela Preciado

Los habitantes de Villa de Álvarez y Colima deberíamos estar agradecidos por la resiliencia del pueblo de Zacualpan, Comala, si no fuera por la resistencia que oponen a los abusos del poder, a estas alturas ya estaríamos consumiendo agua contaminada por metales pesados.
Recordemos que a finales del sexenio de Mario Anguiano, él y un grupo de inversionistas querían explotar una mina de oro en terrenos de esa comunidad y recordemos también lo que ha sucedido en los lugares donde se ha instalado ese tipo de minería: para separar el oro de otros metales usan mercurio y éste termina en el agua y en la tierra, al final los inversionistas terminan con enormes fortunas y los pueblos aledaños a las minas terminan con enormes enfermedades y con devastaciones de sus recursos naturales, pero gracias a la lucha que el pueblo de Zacualpan sostuvo para impedir que esto sucediera, nosotros seguimos disfrutando de agua limpia.
Esto me recuerda la escases de agua que padece el municipio de Armería. Resulta que a finales del sexenio de la Mtra. Griselda Álvarez Ponce de León y principios del sexenio del Licenciado Elías Zamora Verduzco, quedó instaurado el convenio para que el organismo administrador del agua en Manzanillo, CAPDAM, surtiera de agua limpia a los barcos de carga, que una vez descargados de su mercancía, necesitan como lastre para no ser volcados por las olas en alta mar, y no pueden verter en sus tanques agua de mar, porque en poco tiempo presentarían corrosión. Esto resuelve el problema de flotabilidad en los barcos, pero agrava el problema de escases de agua en Armería.
Ahora bien, si a esto agregamos que el puerto de Manzanillo se va a extender a Cuyutlán, es obvio que el vital líquido para la población se reducirá todavía más, pero esa agua es la misma que brota en los manantiales de Zacualpan, por lo que el problema de insuficiencia del vital líquido afectará no nada más a Armería, sino a todos los pueblos y ciudades que abastece el Río Armería.
Ojalá que todos los habitantes beneficiados por ella, tuviéramos la fortaleza y el valor para defenderla como el pueblo de Zacualpan, pero como bien dice el dicho “si la roña fuera el compromiso, poca gente se rascaría”.
En fin, habría que sugerirle al Gobierno Federal, que en lugar de estar sacrificando el agua limpia de los habitantes de Colima, en el proyecto de presupuesto para la ampliación del Puerto de Manzanillo, se incluyan 2 plantas desalinizadoras del agua marina, una para Manzanillo y otra para Cuyutlán, finalmente la cobran en dólares a todos los barcos que la solicitan, lo que haría que esa inversión sea autosustentable.