COQUIMATLÁN: DONDE LA MEMORIA Y LA PIEL SE PRESENTAN COMO UN LIBRO.

Crónica de Jose Salazar Aviña

Coquimatlán, Colima, 15 de julio de 2025. — Eran las siete con 10 minutos de la tarde, del evento se desprendía suavemente, entre luces tenues y la promesa de una lluvia que no se atrevía a diluir la emoción, pero llegó el sereno y obligó al cambio de escenario. Poco a poco se fueron trasladando sillas y personas al pasillo de entrada de la presidencia municipal. Cuando el recinto se llenó de un murmullo expectante, supimos que no era una simple reunión, sino una congregación, un rito donde el tiempo se doblaba sobre sí mismo para dar la bienvenida a las voces silenciadas del ayer. El director de Educación y Cultura inicio la participación diciendo – Aquí, en este lugar que respira historia, se dio luz al nacimiento de un anhelado proyecto: el libro “Coquimatlán en la memoria y en la piel” del profesor Roberto George Gallardo — . La sala vibraba con la presencia de la historia misma. Expresidentes municipales, síndicos, regidores, secretarios de ayuntamiento, y destacadas personalidades de Colima y Coquimatlán, se dieron cita, conformando una audiencia privilegiada. Entre ellos, la figura del cronista cuasi centenario de Agua Zarca, don Manuel Contreras Jiménez que, a sus 96 años, lucía la sabiduría de quien ha sido fedatario del diario acontecer por décadas, un verdadero guardián de la memoria colectiva de su pueblo.

Manuel Contreras Jiménez cronista de Agua Zarca

La jornada fue un homenaje a la vocación de la crónica. Roberto George Gallardo, nacido en Coquimatlán en 1949, es una personalidad multifacética cuya trayectoria abarca desde profesor de educación física y juez de atletismo en la Olimpiada de México 68, hasta periodista, conductor de noticieros, director de televisión, y por supuesto, cronista.

Miguel Chávez Michel.

A continuación, el Licenciado Miguel Chávez Michel, amigo y compañero de Roberto desde la década de los años ochenta y despues en la Asociación Local y Nacional de Cronistas (ANACCIM), enfatizó la trascendencia de esta labor: la crónica es el género literario que narra de forma progresiva hechos, personajes, cultura, folklore, gastronomía, usos, costumbres y tradiciones, permitiendo que el presente no se extravíe “en los polvos del olvido”.

El cronista Miguel nos llevó a pasear de manera profunda por el libro, estructurado en 13 capítulos, desvela un Coquimatlán profundo, de gente común que, sin embargo, es extraordinaria. A través de un lenguaje coloquial, franco y directo, el autor nos acerca a vidas, como la propia, desde su juventud y la influencia de su maestro poblano Manuel Hernández Carrasco, que lo impulsó a la educación física, y sus experiencias como presidente de la sociedad de alumnos en Puebla. La entrañable figura de su hermano, Agustín George Gallardo, el primer profesionista de su familia. El altruismo de Don Francisco Ventura Campos, conocido como “Don Pancho el Boticario”, quien inyectaba, recetaba y fiaba medicinas a los más pobres. La labor social de Carmen González Guerrero, partera incansable en todas las comunidades coquimatlenses, a quien con mucho gusto y mucha esperanza la llevaban a la atención de muchísimos partos, pero casi siempre se les olvidaba devolverla a su hogar, y Gloria Dueñas Alón, destacada en el voleibol y pionera de muchas actividades.

El singular Julio Camacho, quien de una juventud bohemia se transformó en un promotor de grupos de Alcohólicos Anónimos y director de cultura. Los asistentes casi podían “escuchar la alegría del pueblo cuando él presentaba sus estampas artísticas”.

Un capítulo especial dedicado a dos figuras clave de las décadas de 1920 y 1930: el propio padre del autor, Don Agustín George Guerrero, agrarista y fundador del Ejido Coquimatlán, un líder natural que recorrió el estado promoviendo la lucha por el reparto agrario y que se defendió desde el templo de San Pedro Coquimatlán con armas durante la Cristiada. Paralelamente, la vida de Don Aurelio Olivo Tolorio, “Don Güello”, cristero acérrimo y opositor al reparto, cuya voz fue rescatada por Roberto George a través de entrevistas. En Pueblo Juárez personajes como Jesús Oliva González, “El Títere”, líder rural analfabeto pero benefactor de su comunidad, quien donó propiedades para escuelas y gestionó el primer servicio de agua potable. La destacada trayectoria política de Don Inés Espinosa Ballesteros, “Melón”, expresidente municipal y consejero político.

Las narraciones de Gabriel Preciado Ramírez; Juana García Lugo, una mujer de 94 años con una lucidez asombrosa, capaz de recordar fechas y rostros de todos en el municipio; la inspiradora María del Rosario Cárdenas Moreno, “Mamá Chayo”, quien, a pesar de su origen humilde, impulsó a sus hijos a estudiar hasta convertirlos en profesionistas. Finalmente, la mención de David Espinosa Ballesteros “Davico”, otro expresidente municipal y hermano de “Melón”, continuando el legado político de su padre, don Jesús Espinosa Michel, que fue diputado federal, local y presidente municipal de Coquimatlán y de Colima.

Rubén Pérez Anguiano

A continuación, el Lic. Rubén Pérez Anguiano, exsecretario General de Gobierno, exsecretario de Cultura y participante del Comité Ciudadano de Coquimatlán, ponderó las facetas del autor Roberto George, como comunicador, servidor público y ciudadano coquimatlense. Profundizo en el hecho de que todos lo seres humanos estamos transitando hacia el olvido y que la única forma de trascender e la crónica, que posibilita que nuestro bagaje impacte a las futuras generaciones. Así es como el autor logra salvar a muchos personajes del olvido, por ello lo felicita ampliamente.

El autor Roberto George Gallardo

Roberto George Gallardo, por su parte, agradeció a quienes lo acompañaron desde su juventud, a su familia a su esposa Mary, a sus 4 hijos , y a quienes lo impulsaron en el camino de la escritura, especialmente a Horacio Archundia Guevara por su apoyo editorial y a Rubén Carrillo Ruiz por proponerlo como cronista municipal. Con la promesa de que muchos de los presentes y sus familias aparecerán en un segundo, tercer o hasta cuarto volumen, el autor encendió la expectación. Destaco la presencia de cinco amigos de la juventud y de sus estudios en Puebla y de su compañero y amigo Chuy Martínez, quien está acompañado porel productor de su programa “Noticias en el BlancoRamiro Díaz.

Riult Rivera Gutiérrez, presidente Municipal de Colima.

En su participación Riult Rivera Gutiérrez, presidente municipal de Colima y amigo personal del autor nos dice que este libro no es un mero compendio de datos y que el mismo autor es un gran personajes, que su voz como locutor trasciende las fronteras de nuestro estado, su impacto es inclusive, internacional. Por lo que lo felicita humildemente por su trayectoria y lo considera como un personajes nacional.

Reconocimiento para Roberto George Gallardo

En su participación, el Presidente Municipal de Coquimatlán, Luis Gerardo García Olivares, entregó un reconocimiento a Roberto George ante los de los presentes por su trabajo en el rescate de la historia en el municipio a través de este libro.

Calificó la obra como “una ventana a nuestra historia, un espejo que nos devuelve la imagen de lo que fuimos, lo que somos y también de lo que aspiramos a ser”. Es una evocación, un pacto con el olvido para que el alma colectiva de Coquimatlán siga palpitando.

A través de sus líneas, Roberto George Gallardo ha tejido un mapa de memoria que permite a las nuevas generaciones recorrer épocas no vividas, pero que ahora, gracias a la bruma de la tinta, se pueden sentir como propias. Y en ese tejido, el presente se une al pasado, haciendo de Coquimatlán un lugar donde los que se fueron, realmente nunca se han marchado, sino que se han convertido en el aire que respiran los que quedan. La crónica de Coquimatlán continuará, pues la lista es larga, y en cada rincón, el pasado sigue susurrando su historia a quienes estén dispuestos a escucharla. Hago aquí un compromiso de difusión, llevaremos estos relatos a cada colonia, a cada barrio y a cada comunidad, creando espacios de encuentro para reconocernos en el otro y fortalecer nuestro sentido de pertenencia. Que vengan mas tomos, mas recuerdos, mas historias que alimentaran el orgullo de ser coquimatlenses.

Los cronistas de Colima
Abelardo, Rodrigo, Mirtea y Sergio.

Al cerrar la noche, con la lluvia arreciando mansamente afuera, una sensación particular se posó sobre el lugar y se destacó la presencia de las asociaciones civiles organizadas como la Asociación de Cronistas de Pueblos y Ciudades de Colima, representada por su presidente Herminio Valencia Montes acompañado de Mirtea Acuña Cepeda, Abelardo Ahumada González y José Salazar Aviña; la Sociedad Colimense de Estudios Históricos con su presidente Noé Guerra Pimentel y la Asociación Colimense de Periodistas y Escritores con su presidente Sergio Francisco Chapela Preciado.

Las palabras habían invocado no solo recuerdos, sino presencias. Los personajes de Coquimatlán, ahora inmortalizados en las páginas de “Coquimatlán en la memoria y en la piel”, no se sienten del todo idos. Suena un murmullo de voces, un eco de risas lejanas, el trote de caballos en caminos que ya no existen, el lamento de una cristera o el grito de un agrarista en la ladera del cerro. Se siente la labor incansable de la partera Carmen, el consejo sabio de Don Pancho el Boticario, la fuerza de Don Agustín George Guerrero defendiendo una causa con balazos en la piel. Es como si, al girar cada página, sus almas se levantaran y se despojarán del polvo del tiempo y caminaran de nuevo por las calles de Coquimatlán.

Los cronistas en la sobremesa

Con estos vivires nos dirigimos Abelardo, Herminio, Rodrigo y quien esto escribe, a la conocidísima cenaduría Letti´s, donde proseguimos con una bonita charla de sobremesa y, como dijera nuestro bien recordado amigo Pbro. Y Lic. Roberto Urzúa Orozco, adobamos la platica y dimos fin con una cena tradicional coquimatlense donde abundaron el pozole, las tostadas y hasta un megaburrito. Merezcamos pues.

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