Mirtea Elizabeth Acuña Cepeda
El 23 de mayo de 2024 fue una fecha memorable, por haberse efectuado el hermanamiento de Comala, Colima y San Gabriel, Jalisco, firmado por las presidentas municipales Daniela Orozco Pineda y Alma Gabriela Rodríguez Benavides, pero que sin Juan Rulfo no hubiese ocurrido, él lo plasmó en Pedro Paramo, una obra de la literatura universal y por lo mismo, este día también se presentó en la Casa de la Cultura de San Gabriel el libro Historiando a Juan Rulfo, por Noé Guerra, la que suscribe y los coordinadores, Raimundo Padilla y Enrique Ceballos; en sus páginas se citaron importantes plumas y su lectura se recomienda. Después de la presentación del libro se dio un breve recorrido “rulfiano” por San Gabriel y al finalizar el Ayuntamiento de San Gabriel invito a quienes fuimos de Colima, a una buena comida en el restaurante: Los Panchos. Antes de continuar, aún en el preámbulo y por aquello de “Historiando” a Rulfo, conviene asentar que la obra rulfiana es una narración de aconteceres que ocurrieron en un momento dado y que no establece distinciones entre los grandes o los pequeños, sino que rescata todo aquello que podría darse perdido para la Historia (Walter Benjamin); porque Juan Rulfo con sus personajes nos lleva a recorrer territorios y sucesos que la historia no registra, pero que revive a través de su obra literaria, quizá escasa pero sumamente valiosa, ya que no se trata de lo único, sino de lo universal y por tanto Pedro Paramo y el Llano en llamas se leen en cualquier lugar o idioma, pues sienten como propios, como parte de la vida misma y propician la reflexión sobre la historia, no la de grandes batallas y luchas entre personajes que ambicionan el poder, sino la cotidiana, la que vivimos en el día a día y que pasaría desapercibida al transcurso de los años, sin plumas como la del autor que hermano a Comala y San Gabriel.
La crónica se podría aceptar como historia de la actualidad, al constituir el registro de sucesos notables, culturales o naturales, en orden cronológico y que debería tratar los hechos sin interpretarlos y sin embargo, no se halla exenta de simpatía y partidismo respecto a las acciones humanas y diríase entonces, que las crónicas son una especie de historias, donde los hechos se registran de manera sucinta o quizá valga decir que se contraen. Ahora bien, en el libro, “Historiando a Juan Rulfo”, al ser historia se entiende como un acto de reflexión y pensamiento (Croce, 1955) y por ende, es un análisis de lo que el autor escribió y para mejor comprensión se divide en cinco capítulos: Entre raíces y el terruño, Interés de Juan Rulfo por la historia, Alrededor de una conferencia en Colima, Obras de Rulfo a través a través del tiempo y Conferencia de Rulfo sobre historia regional, estos capítulos se anteceden por la presentación, un prólogo y la introducción, escritas por los coordinadores y el cronista de C. Guzmán, F. González Castolo; en los capítulos leemos autores muy interesantes, muchas plumas de valía y que leyéndolas se comprende que cada autor plantee su interpretación particular entre la obra y la vida de Juan Rulfo, así como la a observación de la intelectualidad y la perspectiva histórica del gran escritor, que nos ofrece, como ya dijimos, un modelo de crónica histórica, al presentar a caudillos y marginados en los acontecimientos que bien pudieron vivir nuestros ancestros cercanos o que algunos hemos vivido y fueron causa de polémicas y como las provocan los aconteceres en el presente y que, en consecuencia, propicia que nos apropiemos de la literatura plasmada en obras como las de Juan Rulfo y comprendamos el hermanamiento entre Comala y San Gabriel.


Pinturas en la Casa de la Cultura en San Gabriel, Jalisco.