Jose Luis Márquez Figueroa.
La mañana del jueves 18 de junio, cuando el reloj marcaba apenas las 8:15, la Ciudad de Colima ya se movilizaba con un propósito extraordinario. No era un día cualquiera para los miembros del Claustro Académico Fíat Lux, una comitiva de conocimiento y compromiso social, integrada por el Dr. José Luis Márquez Figueroa, rector y director general del Centro Colimense de Investigaciones Educativas (CeCIE), y acompañados por el Dr. José Salazar Aviña, D.H.C. Roberto Godínez Soto y D.H.C. Miguel Ángel Martínez Romero, secretario, tesorero y maestro de ceremonias respectivamente, el grupo se completaba con la significativa presencia del Dr. Sergio Chapela Preciado, presidente de La Asociación Colimense de Periodistas y Escritores ACPE. Su misión: llevar una semilla de aprendizaje y gratitud hasta el corazón de Armería.

El destino era el preescolar Juan de Mata Rivera, ubicado en la efervescente Colonia Independencia de Armería, Colima. La puntualidad era clave; debían arribar a las 9:30 horas para honrar un compromiso gestado durante la Semana Internacional de la Educación Artística, evento en el que el preescolar, bajo la organización de la Mtra. Nancy Maldonado Rodríguez, había destacado por sus sobresalientes actividades.
Al llegar, la cálida recepción no se hizo esperar. La directora del plantel, Educadora Araceli García Gómez, los recibió amablemente y de inmediato los condujo al aula de usos múltiples. Allí, un vibrante grupo de niñas y niños, junto a sus Educadoras Rosa Laura López Anguiano, Alma Lilia Puente Delgado, Teresa Quirós Célis, Yolanda Cristina Díaz Arias, y el Mtro. de Educación Física Antonio Ramírez Cisneros, aguardaban con expectación.

El Dr. José Luis Márquez inició la jornada con una breve pero impactante historia sobre las abejas, inyectando una dinámica que preparó el ambiente para el trabajo colaborativo. Subrayó la importancia irrefutable de estos seres diminutos para la naturaleza y la humanidad. La motivación estaba a flor de piel cuando el Dr. Sergio Chapela tomó el relevo, guiando a los alumnos y al personal docente en la creación colectiva del “cartolibro”. Esta labor fue un deleite para todos: niños y niñas plasmaron con dibujos y colores las diversas actividades que realizan las abejas y la inmensa relevancia que tienen para el ecosistema. La participación de las Educadoras y el Mtro. de Educación Física fue esencial, garantizando tanto el desarrollo de la actividad como la disciplina. El tiempo transcurrió volando hasta la llegada del ansiado recreo para los alimentos.

Con el término del recreo, el grupo regresó al aula para dar los toques finales a la actividad creativa. La alegría de los niños era palpable; su participación los había llenado de felicidad. Más allá de la diversión, la experiencia fue profundamente educativa: los pequeños aprendieron y comprendieron la crucial importancia del cuidado de la naturaleza. Descubrieron no solo el disfrute de la miel, un producto esencial que las abejas producen, sino también sus propiedades curativas, al ser útil incluso como medicina y para sanar heridas. Asimismo, se resaltó la vital importancia de la organización y el trabajo en conjunto, una enseñanza que cobró vida a través de la anécdota de una abeja haragana que, por negarse a colaborar con su colmena, se quedó sin alimento.

Finalmente, con el invaluable apoyo de las Educadoras, las hojas de los “cartolibros” fueron cuidadosamente engrapadas a sus portadas, en las que algunos alumnos, con gran esfuerzo, escribieron sus nombres. Al concluir la actividad, todos regresaron a sus salones de clase contentos y profundamente satisfechos con el trabajo realizado, no sin antes expresar su sincero agradecimiento a los asistentes por una actividad tan enriquecedora y hermosa. Así, en una mañana de junio en Armería, el preescolar Juan de Mata Rivera se convirtió en un vibrante panal de aprendizaje, donde el zumbido de las abejas resonó como una lección perdurable de colaboración y respeto por la vida.
